Las emociones negativas las llamamos así porque son displacenteras, desagradables de sentir. Sin embargo, son funcionales, aparecen en nuestro cuerpo para algo. Es muy importante conocer el lenguaje de las emociones y ser conscientes de lo que la emoción negativa me quiere comunicar. Las emociones nos ayudan en nuestra supervivencia física y psíquica. Entender su significado es vital para conocer qué nos está pasando y qué soluciones podemos buscar.
¿Cómo liberar las emociones negativas?
1º Ser consciente de mi propio cuerpo, escucharlo y darle la importancia qué necesita.
Escuchar el cuerpo es poner atención a mis emociones, PARAR y reflexionar…
¿Estoy tenso y necesito descansar? ¿necesito poner límites a una situación que me daña?
¿Qué podría cambiar para sentirme mejor? ¿Estoy sin energía? ¿estoy sobrecargado de negatividad?
Es muy importante no reprimirlas y buscar su salida hacia fuera, su expresión a través del cuerpo de una manera adecuada y saludable. El contenerlas de manera habitual se transforma en somatizaciones de síntomas físicos o manifestación de enfermedades.
2º Buscar equilibrar el cuerpo.
El deporte es una herramienta fundamental para equilibrar nuestro cuerpo. El cuerpo en movimiento nos hace sentirnos vivos, tonificamos los músculos, activamos las endorfinas (las hormonas del placer), liberamos la tensión del cuerpo, oxigenamos las células, aumentamos la autoestima y el sentimiento de capacidad.
Muy importante, escuchar qué tipo de deporte me apetece en ese momento y si es el apropiado para mí.
Para aquellas personas que disfruten de la naturaleza, el contacto con ésta tiene un gran poder “drenante” sobre las emociones negativas. Tiene un poder ansiolítico. La naturaleza equilibra, CALMA y favorece emociones como la templanza y la serenidad. Favorece un pensamiento más reflexivo y claro. Recurre a ella cada vez que no te encuentres bien!!!
La relajación es otro aspecto muy importante para sanar el cuerpo y la mente. Las técnicas de relajación o el yoga son ejercicios vitales para sanarnos a través de la respiración.
3º Entender la emoción en mí para dar la respuesta apropiada.
Una terapia psicológica nos va a ayudar a ser más consciente de nuestro lenguaje emocional y corporal y poner en marcha nuestros recursos.